domingo, 24 de diciembre de 2017

BALAS EN LA PIZARRA – Marieke Nijkamp

Editorial: Libros de Seda

Año: 2017

Páginas: 250

Precio: 16,95€

Géneros: Juvenil, School Shooting

Nota: 5 / 10





Sinopsis:


Tyler Browne ha llegado el primer día de instituto con una pistola y varios cargadores, y ha encerrado a casi todo el alumnado en el salón de actos, donde se daba la conferencia de bienvenida. Los disparos comienzan. Y durante 54 minutos, nadie sabe si saldrá vivo de ahí. 


Reseña:

Lo siento, pero este libro no me ha gustado nada, por varias razones, que os voy a contar, obviamente. 

Empezamos el libro, y ya cuesta saber quién es quién, y de qué hablan. La historia está narrada desde cuatro puntos de vista, los de Claire, Tomás, Autumn y Sylv. Pero no hay introducción a estos personajes, sino que cada uno te va contando, poco a poco y mediante flashbacks, tanto lo que está ocurriendo ahora como las historias de cada uno. El problema es que los tramos narrativos de cada uno no excede una página, lo que imagino que la autora pensaría que daría dinamismo a la historia, pero en realidad sólo lo hace más lioso, ya que no te terminas de empapar de a quién le pasa qué. Y ese es otro de los problemas que he encontrado al inicio, que la autora intenta ya de primeras ponerte en situación de la vida que lleva cada uno (que si una madre enferma; otra que tiene un hermano al que algo le pasa, no sabemos aún bien qué; que si una relación amorosa por aquí; un accidente de tráfico por allá...) datos sueltos que hasta las primeras 60 páginas no te acaban de encajar. Así pues, no es hasta el capítulo seis más o menos cuando empiezas a aclararte sobre quién es quién, y los problemas de cada uno. Y a las 60 páginas uno ya ha dejado el libro, te lo aseguro. 


Además, y relacionado con la forma narrativa, la autora introduce algo cada fin de capítulo que yo aún no entiendo ni por qué ni para qué, porque te lía más aún si cabe. Estoy hablando de extractos de twitter, de un blog, de SMS... ahí ya ni puñetera idea de quién escribe ni quién responde. Pero vamos, que ni con libro de instrucciones. ¿Aportan algo a la historia? NADA. Pero queda muy chulo, por esa moda de alternar tipografías, que lo hace todo más vendible ¿no?

Marieke Nijkamp
Por otro lado, la acción se hace interminable. Según el libro, pasan 54 minutos desde que Ty aparece con la pistola (capítulo seis, oigan, ¡¡CAPÍTULO SEIS!!) hasta que el infierno que están viviendo se acaba, pero se hacen larguísimos. Esto ocurre porque te intenta contar el pasado mientras te pone al día del presente. Se nota el intento de mantener la intriga sacando escenas de flashback a medias, pero sinceramente, no lo consigue demasiado bien, ya que hay una escena (hace tiempo, en un baile de instituto) que se repite bastantes veces desde distintos puntos de vista, pero que sigue siendo lo mismo, no aporta nada, ya que en ningún momento se introduce ningún dato nuevo que pueda explicar el motivo por el Ty de repente viene al cole con una pistola. 

Y ésa es otra. Los personajes. 

Cuatro puntos de vista. Claire, la única que está fuera del recinto, se encuentra entrenando para ingresar en el JROTC (una especie de programa militar para estudiantes), junto a su mejor amigo, Chris. Tomás, que está liando alguna gamberrada junto a su amigo Fareed, está dentro del instituto pero fuera del auditorio. Y luego están Autumn (hermana de Tyler, el de la pistola) y Sylv, que son pareja, y ambas están dentro del auditorio, donde se desarrolla la acción. 

Vale, pues no he conseguido empatizar con ninguno de estos personajes. Todos planos como tablas de planchar, sin emociones ni reacciones medianamente normales en una situación como la que están viviendo. 

Autumn y Sylv son personajes que ni valientes ni cobardes, sólo están ahí, ni hacen nada ni intentan escapar, sólo se quedan ahí, recordando. ¿Que tu hermano acaba de asesinar a una chica a tu mismo lado? Te acuerdas del último verano en que le viste sonreír, por supuesto, es lo más normal. 

Claire, que está fuera junto a su amigo Chris, es la única que se mueve buscando ayuda, llamando a la policía. Hasta que llega, y entonces se convierte en alguien estático, que está ahí, viendo cómo se desarrolla todo, sin hacer gran cosa. Aunque su hermano minusválido está dentro del auditorio. Pero ella ni nerviosa ni nada, que ya está la policía aquí. Algo harán. 

Y Tomás... era el único que pintaba medianamente decente. Hasta el final del libro, donde el personaje se cae como un castillo de naipes. Mucho drama, poco sentido. 

Y una cosa... ¿donde está el punto de vista de Tyler? Porque recordemos que es él quien tiene la pistola. Pero claro, es el malo, así que sólo lo vamos a pintar mediante los puntos de vista de los demás, nada introspectivo ni profundo. Está chalado, ya está ¿no ves que tiene una pistola y está cargándose a la peña? ¿Qué más quieres saber de él? 

En fin, unos personajes simples, planos y sin ningún fondo, encuadrados en un fondo de blanco o negro, en el que sólo hay buenos o malos. Una pincelada romántica (porque si es una novela juvenil la tiene que haber, aunque no pegue ni con cola), y con escenas totalmente ridículas (no he visto muertes más absurdas en ningún libro). Totalmente surrealista tanto en acción como en trama (la policía rodea el edificio pero NO ENTRA), y con un esfuerzo claro por incluir diversidad pero sin sentido, porque eso es lo normativo ahora (hay una pareja de lesbianas, un chico árabe y dos hispanoablantes... aunque no hay ningún negro, ¡Fail!), pero que no salva el resultado ni aunque metiese también animales, por eso de no discriminar. 

Así pues, si esperabas, como yo, un libro que se introdujese en la triste realidad de los tiroteos escolares, con realismo, profundidad, y algún mensaje interesante, sigue buscando, porque aquí no lo encontrarás.



No hay comentarios:

Publicar un comentario